Chile: Un país de terremotos

Chile es un país con una historia de terremotos y de temblores. Pero esa fractura de tierra que tuvo como epicentro la ciudad de Cauquenes, a 963 kilómetros al sureste de Santiago, fue el terremoto mayor en los últimos 50 años.

Es por eso que los estragos más significativos se dieron en el centro-sur del país, áreas costeras, ya que adicionalmente sufrieron el embate de varios tsunamis. Pero para entender un poco algo del drama que encierra un terremoto de esta envergadura, hay que vivir la ausencia por días de electricidad y de agua potable confiable.

Al pasar las horas, la comida del refrigerador empezó a dañarse, no sabíamos cómo calmar la sed por miedo de que el agua estuviera contaminada por ruptura de las líneas de conducción, los semáforos no funcionaban, lo que hacía un verdadero desafío a los conductores dirigirse a otras comunidades. El transporte público deja de ser normal, el servicio telefónico, la radio y la televisión dejaron de comunicar quedando uno aislado del mundo, sin saber cuán grave era la situación de las demás vecinos o regiones, ni dónde y cómo estaban tus familiares.

Y como siempre sucede, los delincuentes se aprovechaban del caos e intentaron apoderarse de la comida y de todo de los almacenes primero y, posteriormente, de las casas que presentaran debilidades. Muchas quedaron con fisuras, obligando a las familias por seguridad, a dormir en las calles. Si existía intranquilidad en el día, durante la noche se vivió mucho temor y pánico.

Al tercer día, empezaron las autoridades a restablecer poco a poco los servicios básicos en Santiago, pero hubo áreas que debieron esperar unos días más. Fue un verdadero cataclismo donde sus efectos aún no terminan de develarse. Por ejemplo, los daños sufridos por desprendimientos, grietas y desplome de una gran cantidad de edificios de valor patrimonial.

Durante la primera semana posterior al terremoto del 27 de febrero, se dieron más de 200 réplicas, algunas de ellas de gran intensidad. Y la cosa no termina todavía. El destino me colocó de frente ante tan destructivo sismo, pero también me permitió valorar más la vida, mi familia, mi país y los amigos.



Fuente: http://www.critica.com.pa

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